La Dra Cotto Morales es autora de los libros »Desalambrar» publicado en el año 2006 y coautora de »Çruzando Fronteras» (2010) y de »Las Guías Para El Desarrollo Sustentable de Vieques» (2005) .
»Desalambrar» trata sobre la toma de terrenos en su natal Puerto Rico como un movimiento social urbano.
»Çruzando Fronteras» gira en torno a la convergencia entre la academia, la sociedad, y los debates sobre migración y ciudadanía universal.
»Las Guías Para El Desarrollo Sustentable de Vieques» recoge propuestas para el desarrollo de la Isla Municipio de Vieques a partir de la salida de la Marina de Guerra de los EU en el año 2003, usando una metodología participativa.


La Dra es también autora de numerosos artículos que han sido publicados en variedad de reconocidas revistas, y como parte de libros sobre movimientos sociales, apoderamiento comunitario, estudios de la ciudad y temas relacionados. La publicación de estos artículos en Internet está actualmente en proceso.
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A continuación su artículo que constituye un análisis esperanzador sobre las posibilidades de recuperación de las crisis que aquejan a Puerto Rico. Ha sido publicado recientemente en el libro Otros Caminos: Alternativas a las Crisis de Puerto Rico, Isla Negra Editores (editado por Angel Rosas, 2012).
Alternativas a las crisis en Puerto Rico: Acciones de las personas de a pie (ciudadano común)
Liliana Cotto Morales, PhD «Los movimientos contemporáneos son profetas del presente. No poseen la fuerza del aparato sino el poder de la palabra… Anuncian el comienzo del cambio que ya está presente. Desenmascaran el poder, y le den forma y cara. Hablan un lenguaje que parece enteramente de ellos Pero dicen algo que trasciende su particularidad y que nos habla a todos y todas nosotras/os. (Melucci: 1996)
Introducción: El presente texto está impregnado por la pasión de presentar las acciones de las personas de a pie como fuentes de alternativas para la crisis del país. De decirle a los públicos que pueblan las iglesias, las escuelas, lascomunidades, a los investigadores/as los educadores/as, a las activistas, las artistas, los comunicadores/as, los intelectuales, que estén alertas a esas acciones y se relacionen con ellas de forma proactiva: Esbocé las razones que sustentan lo anterior en mi libro Desalambrar: No es que… sean mejores, ni tengan la verdad histórica; es más bien que, al prestarle atención a sus acciones, percepciones y discursos, los académicos y los políticos podrían percibir e intuir nociones no contempladas en los debates públicos que, en muchas ocasiones, se han convertido en circulares e insolubles. Debido a que los saberes, opiniones y alternativas que producen estos actores sociales tienen tan poca difusión, su inserción en el proceso político del país se limita, en la mayoría de los casos, a votar en procesos diseñados por las élites hegemónicas. Élites que, históricamente, no les han tomado en cuenta.
Es innegable que, en ocasiones, los sectores dominantes les ensalzan… con discursos populistas que, en su mayoría, resultan ser también políticas de élites, en tanto favorecen el paternalismo y el estado de situación. (Cotto, 2006) Se recoge aquí un anhelo de contribuir a la comprensión de las nuevas gramáticas de resistencia/insurgencia y los nuevos lenguajes creados desde estas acciones diversas y de movimientos sociales puertorriqueños y latinoamericanos. Finalmente, el texto responde al deseo ser parte del proceso histórico de formación de nuevas herramientas para la crítica y la transformación social. Estoy convencida de que son estos nuevos lenguajes y herramientas los que darán forma a los imaginarios que nutren las utopías y eventualmente, harán viables las transformaciones sociales reivindicativas y a veces, anti-sistémicas.[1]
Necesitamos elaborar diseños éticos, políticos y espirituales para reconstruir los tejidos sociales que forman nuestras relaciones en seis ámbitos fundamentales de la vida social: la autoridad, la comunicación, la relación con la naturaleza, la sexualidad, la subjetividad, y el trabajo. (Laó, 2011, Quijano 2001). Un diseño que propicie la convivencia entre lo crítico y lo constructivo, las transformaciones radicales y las reformas reivindicativas, y que expresen un esfuerzo, de acciones colectivas en convergencia. Para eso se requieren nuevos paradigmas (modelos), nuevas maneras de ser personas (subjetividades), nuevas formas de relaciones interpersonales, estrategias educativas, de nociones de liderato y de organización.
El tejido social de nuestro país se ha deteriorado y como consecuencia estamos paralizados por la perplejidad y la consternación. De ahí que las acciones colectivas concertadas y a largo plazo se hacen sumamente difíciles. Tenemos muchas cosas por hacer. Como pueblo tenemos muchas experiencias a nuestro haber, no estamos partiendo de cero. Por ignorancia o por olvido estas experiencias no nos están sirviendo de aliciente a la consternación y la perplejidad.
¿Entonces, qué hacer? ¿Donde está la respuesta? Sostengo que encontramos un sustrato de posibles propuestas para las crisis en estas acciones colectivas y la de los movimientos sociales que ellas generan. La noción de acciones colectivas se refiere a aquellas realizadas por grupos de personas que quieren lograr ciertos objetivos relacionados con una o más identidades colectivas particulares.[2] Pueden ser grupos de trabajo comunitario, espiritual, patriótico, ambiental, de género, etc. o protestas, actos de desobediencia civil, sits-ins, huelgas, boicots, luchas sociales y hasta amplios movimientos sociales que de alguna forma defiendan los derechos humanos. Incluyo en las acciones colectivas aquellas que se producen solamente en la sociedad civil, aquellas que se inician desde el Estado o desde el mundo corporativo y aquellas que constituyen, variadas combinaciones de ambas, por ejemplo las que emergen del Tercer Sector.
Concentraré en las primeras, por ser las que la historia oficial ignora de manera más consistente. Predominan sin embargo, las interacciones de las acciones entre organizaciones de la sociedad civil y las del estado o el mundo corporativo. Las acciones promovidas por el Estado, por las empresas o por el sector de la filantropía, bastante exiguo en Puerto Rico, tienen más presupuesto, por lo cual tienen más visibilidad en los medios de comunicación. Para subsanar lo anterior las organizaciones de la sociedad civil tienden a depender demasiado de los procesos legales y de la incorporación de sus organizaciones al Estado. La estatización de muchas de las iniciativas de grupos de la sociedad civil, junto a la tendencia de reducirlas a luchas jurídicas, ha tenido como consecuencia que se hacen invisibles y se ignora su enorme papel en la creación de nuevos vocabularios trasformadores. Vocabularios que, al encarnar utopías, es decir, proyectos transformadores realizables, (Freire, 1997) han contribuido a las trasformaciones sociales, y a las políticas estatales.
La gran paradoja está en que los funcionarios del Estado, de las Corporaciones y las grandes empresas mediáticas, lo/as estrategas de las elites, reconocen el valor de las nuevas agendas y vocabularios políticos que emergen de estas acciones colectivas y, a veces, las incorporan. Eso es bueno. Sin embargo en muchos casos las re-dirigen, y a veces las cooptan para que sirva a sus intereses.[3] La sociedad civil a la que me refiero no es la que proponen los y las estrategas de las elites que hacen convocatorias populistas ni los colectivos fundamentalistas que promueven las exclusiones sociales. Con las primeras hay que tener cuidado, porque detrás de ellasa veces viene a veces el zarpazo del asistencialismo, el paternalismo y el clientelismo. Con las segundas porque acarrean el veneno del fariseísmo y de la hipocresía. La perspectiva de los derechos humanos significa que el principio eje de cualquier acción colectiva transformadora es la protección de la dignidad de las personas.
Por eso es importante tener claro el tema de las alianzas. Las alianzas han sido un gran desafío para Puerto Rico. Recordemos el llamado pacto con los Estados Unidos para crear el Estado Libre Asociado, que el Partido Popular Democrático promocionó como un pacto bilateral y el cual resultó ser producto de una ley unilateral del Congreso de los Estados Unidos, la Ley 600. Recordemos además la dificultad de los grupos comunitarios para mantener su autonomía en los organismos estatales o en las corporaciones del Tercer Sector. (Rivera, M.L. 2010) Las alianzas y los pactos tienen que ser en igualdad de condiciones. Los objetivos de las organizaciones de la sociedad civil autónoma pueden coincidir o converger con los objetivos de algunos sectores de las elites estatales (autoridades públicas) y empresariales (autoridades privadas) corporativas, dependiendo de la coyuntura histórica y del tipo de régimen (asistencialista o neoliberal). Las posibilidades de alianzas, entre la sociedad civil supeditada a lo institucional y la sociedad civil autónoma radican en esas coincidencias.
El problema que tenemos como pueblo es que las acciones colectivas que históricamente ha producido la sociedad civil, o no se conocen o si se reconocen, no se analizan y en consecuencia se devalúan y se olvidan. Entonces nos abate la desesperanza. Parte del problema es que hemos sido formados en un patrón del poder colonial que propicia el olvido. Lo anterior ocurre, también, porque la sociología de los movimientos sociales no es un área de estudio en las academias puertorriqueñas ni en Institutos privados de investigación. A pesar de que existen importantes pesquisas sobre las acciones colectivas comunitarias, protestas, luchas sociales y movimientos específicos, nos falta una perspectiva que analice su papel en las transformaciones sociales y políticas, es decir que analice su legado e impacto político.
Con frecuencia las investigaciones de los/as académico/as tradicionales interpretan la sociedad ya sea, a partir de la historia económica, la de los gobiernos, las administraciones o la de los partidos y otras organizaciones, como las iglesias. Las acciones colectivas y los movimientos sociales, se mencionan incidentalmente o en notas al calce. Las crisis Cuando hablamos de crisis nos referimos a una situación insostenible, que requiere cambios sustantivos. Las crisis sistémicas se deben entender como momentos de grandes riesgos y sufrimientos para la mayoría de la humanidad y también como períodos de emergencia de nuevos modos de vida y de insurgencia de movimientos y alternativas libertarias y de equidad. Implican tanto destrucción de lo viejo como creación de algo nuevo. (Lao, 2011) La literatura académica, los medios de comunicación y hasta los saberes populares relacionan las crisis actuales con la globalización. La «globalización», en su sentido de «integración internacional» como dice Chomsky, puede expresarse en cosas tan diversas como la organización corporativista del trabajo o las acciones colectivas y de los movimientos sociales.
Por ejemplo, el Foro Social Mundial[4] como estrategia y proceso es un caso perfecto de la globalización en el nivel de personas, ciudadanos de a pie, de distintas clases sociales, nacionalidades, preferencias sexuales, etnicidad y raza, entre otras diversidades, y que tienen preocupaciones e intereses comunes. Para Manuel Castells la globalización es “multidimensional, no solo económica.” “Es producto de las nuevas ideologías de información y es favorecida por la des-regularización y la liberación de los mercados a partir de la década del ochenta del siglo 20”. Esta década, marcó también el regreso a las democracias representativas de los países del cono sur y al capitalismo en los países de Europa del Este. Este proceso ha sido ideológicamente usado por los defensores del neo-liberalismo como argumento para «representarse como la única racionalidad posible». Lo sustenta la visión de que el mercado es la institución perfecta para canalizar racionalmente la naturaleza humana y organizar la vida social.Además se representa como la única forma de adquirir riqueza y a la vez de organizar los colectivos humanos. Esa representación, dice Alicia Cabezudo, alude a una forma muy específica de integración económica internacional basada en la prioridad de los derechos de los inversores, no de los derechos de la gente y los ciudadano/as. Es la postura ideológica de quienes tienen el control concentrado de la riqueza y del poder, de los que pueden imponer sus, términos y solo protegen los derechos de sus pares. Esa globalización neoliberal, generó y genera incertidumbre y repercute en la gestión de las ciudades, la reorganización de la economía, la educación, la producción cultural, la ética, etc.
Es fundamental como los Gobiernos centrales y locales interpretan la globalización y se vinculan a ellas. Ellos son marcos institucionales y actores políticos necesarios para que exista el sistema democrático, la paz y la protección de los derechos humanos de los ciudadanos. Pero las organizaciones de la sociedad civil autónoma tienen que fortalecerse para influirlos y pedirles cuenta. La globalización de los movimientos sociales se conoce como la globalización alter- mundista, la que propone globalizar los derechos, la esperanza y la solidaridad. Una globalización alternativa, alternativa a la globalización neoliberal, una globalización contra hegemónica, una globalización desde abajo. Puede decirse que el Foro- Social Mundial representa hoy, en función de organización, la manifestación más consecuente de la globalización contra hegemónica. (De Sousa Santos, 2009) “La presente crisis mundial son muchas crisis, es decir, no solo económica política, social sino ambiental, cognoscitiva, epistemológica, espiritual, ética y de subjetividad” (Lao: 2011). En Puerto Rico estas crisis no comenzaron en 2008 pero se agudizaron con la elección de un gobierno que, después de una victoria electoral aplastante única desde 1964, ha golpeado a la mayoría de nuestra población con unas políticas neo-liberales fundamentalistas cuestionadas ya en el resto del planeta.
¿Qué crisis vive Puerto Rico? En el siglo XX, en Puerto Rico se han dado tres coyunturas de crisis que produjeron cambios en los modos de vida política, económica y cultural. La primera fue la de la economía de plantaciones y del sistema colonial en la década de 1930. Junto a la crisis mundial de 1939 esta constituyó el contexto económico, político, cultural, y de las condiciones éticas y cognoscitivas para la victoria de un proyecto modernizador reformista, dependiente y partidista: el proyecto del Partido Popular Democrático. La segunda fue la crisis del modelo desarrollista deindustrialización por invitación y urbanización con renovación urbana en la década del 60 (1965 en adelante). Esta fue agravada por la crisis fiscal del estado y las rebeliones estudiantiles, sindicales, sociales y anti-militaristas de la época que asediaron al mundo en el primer lustro de la década del 1970. La misma fortaleció el Estado Benefactor (1976-1980) en Puerto Rico y fue seguida por la tardía instauración (1996) de un modelo neoliberal «criollo» (Cotto, 1997) en el momento que este régimen ya era cuestionado en el resto del planeta. La economía de Puerto Rico no se ha recuperado de esa crisis. La tercera es la presente crisis mundial que, como ya se ha dicho, no es solo económica, política, social sino también de “ecología, conocimiento, ética y subjetividad” (Lao:2011).
Una de las expresiones de la crisis en Puerto Rico fue la elección de un gobierno de derecha que profesa una adhesión fanática a los principios del neoliberalismo con ribetes fascistas y que agudizó profundamente el malestar social. El escritor puertorriqueño Félix Córdova[5] señaló que “La sombra violenta de la Ley 7 de 2009 borró totalmente el brillo que brotó de las urnas”. La Ley 7 hizo posible que se eliminaran los derechos históricos de los sindicatos; que se despidieran a decenas de miles de trabajadores del sector público e impuso contribuciones adicionales a las viviendas y a los locales comerciales. Debilitó los ingresos de la Universidad de Puerto Rico a la vez que condujo a la institución a una crisis fiscal con un déficit de $250 millones. Para resolver ese déficit la Administración de la UPR impuso una cuota al estudiantado, de $800.00 al año sobre el costo de la matrícula. Las acciones colectivas del estudiantado al oponerse a esta cuota en los años 2010 y 2011y el apoyo que recibieron de otros sectores universitarios y del país, expresaron la resistencia a una política de privatización que constituyó el trasfondo de esta. Estas acciones colectivas en el sistema universitario público con sus aciertos, contradicciones y zigzagueos recogieron una década de acciones y movilizaciones a partir del inicio del siglo XXI.
Todas estas acciones colectivas han sido señales contradictorias pero inequívocas de que podemos aprovechar creativamente los paralizantes efectos de la perplejidad y la consternación. Algunos ejemplos serán suficientes como muestra: el movimiento social de paz para Vieques, primer movimiento social global social del siglo XXI y motor que contribuyó a la receptividad de la gente para organizar el primer Foro Social de Puerto Rico, apoyado en el 2006 y las actividades posteriores que estimuló.[6]
Así mismo se pueden mencionar otras acciones, por ejemplo: las campañas de el Grito de los Excluidos, las del Proyecto Caribeño de Justicia y Paz, los Campamentos de varios pueblos de la isla para proteger las playas, la resistencia al Paseo Caribe; las luchas a favor del Corredor Ecológico del Nordeste; el Junte Comunitario, los Diálogos Ciudadanos, las marchas y las protestas contra la Ley 7, las movilizaciones de Coaliciones tales como todo Puerto Rico con Vieques y Frente Amplio de Solidaridad y Lucha; los Conclaves y las Declaraciones Públicas de sectores comunitarios, la resistencia al gasoducto y la caravana Somos [email protected][7] entre otras. A estos se añaden las movilizaciones en contra de la violencia, las balas perdidas, los crímenes de odio contra la comunidad LGTTB y el asesinato de niños y mujeres. La perplejidad y la consternación típicas de épocas de transición en tiempos de crisis nos aturden por la abundancia de preguntas fuertes (de Sousa Santos) que se nos imponen. Para vencerlas hay que buscar respuestas fuertes que las transformen en energía y valores positivos. De Sousa Santos nos aconseja que “en vez de pretender que la perplejidad es absurda o que puede ser eliminada por una simple respuesta, (respuesta débil- débil) hay que transformar la perplejidad en un síntoma de complejidad subyacente” (respuesta débil-fuerte). “La respuesta débil- débil es una invitación al inmovilismo. La respuesta débil –fuerte, al contrario, es una invitación a moverse asumiendo un alto riesgo.” (De Sousa Santos 2009) Desde esta perspectiva la perplejidad puede estar preñada de futuro si reconocemos que viene del cuestionamiento implícito de los mapas de acción tradicionales.
Ámbitos de cambio y crisis en Puerto Rico A continuación presento algunas aéreas en las que se perciben procesos de deterioro social y que simultáneamente pueden ser ámbitos para que “surjan nuevos modos de vida y alternativas de equidad”. (Laó 2011) Para el logro de estas alternativas libertarias es fundamental el papel de los y las ciudadanos/as de a pie, de las organizaciones de la sociedad civil y de los miembros de base en las congregaciones espirituales del país. Estas personas y grupos se enfrentan a la paradoja de la presencia de una gran urgencia por resolver a corto alcance los problemas que generan las crisis y la sensación de que las soluciones requieren cambios más profundos a largo alcance, cambios de paradigmas, es decir cambios civilizatorios que empujen los límites del sistema social.
Primer ámbito: las subjetividades Las subjetividades representan los espacios de las identidades personales y colectivas que nos definen. Las identidades colectivas se nutren de las experiencias, las lecturas, los sueños y todo aquello que se refiera a lo emocional, lo espiritual y lo cognoscitivo. Es el ámbito que contesta la pregunta ¿qué tipo de personas somos? Ahí se procesan todos los prejuicios y/o las actitudes de equidad y justicia que nos llegan de la familia, la comunidad, la escuela, el trabajo, las congregaciones religiosas, la nacionalidad, la región y el mundo. Se constituye a partir de relaciones primarias y de las instituciones sociales que nos forman. Es el lugar en que podrían surgir nuevos paradigmas de conocimiento y de civilización. La crisis de las subjetividades en Puerto Rico se evidencia entre otras cosas, por la ausencia de ética en sectores importantes de las elites gobernantes; la violencia entre personas que revela racismo, xenofobia y patriarcalismo los cuales ocasionan crímenes de odio, y ataque a niños/as y parejas. También se reflejan en los complejos de inferioridad frente a los poderes hegemónicos que resulta del sometimiento a un patrón de colonialidad, euro céntrico y a una visión autoritaria de las relaciones humanas. Las transformaciones en ese ámbito tienen que ser a la vez a nivel micro social y macro social, y a nivel de sentimiento y de razón (senti pensantes). Los espacios sociales privilegiados para estimular estos cambios son entre otros, las familias, las congregaciones espirituales, las organizaciones de la comunidad, y las escuelas y sus variadas formas de acciones colectivas.
Segundo ámbito: Las prácticas educativas innovadoras y transformadoras La escuela, es un escenario posible de critica que permite el cuestionamiento de modelos sociales hegemónicos y puede dar a conocer otros, alternativos. La perspectiva crítica cifra su fuerza en la convergencia de los movimientos educativo, pedagógico, cultural, socio-político e histórico, permitiendo que esas expresiones culturales e ideológicas entren en su territorio.Frente a esta nueva complejidad, es cada vez más urgente que los trabajadores de la educación y la cultura faciliten un trabajo crítico que permita el análisis y dé herramientas de comprensión y acción sobre la realidad que cuestione la visión neoliberal de la enseñanza. Es además urgente que se fortalezcan las corrientes contra hegemónicas que tienen como eje la educación en derechos humanos y en cultura de paz y que son las bases para crear nuevas formas de acción política a través de las acciones colectivas y de los movimientos sociales y populares.
Tercer ámbito: el Estado La pérdida de confianza en las instituciones de autoridad del estado ha acarreado una falta de fe en “la política”. El siglo XXI demostró con una crueldad inmensa que tomar el poder no es suficiente, que más que tomar el poder es preciso transformarlo (Dussel, 2009). La idea no, es abandonar el poder sino re-definirlo. Empujar legislación, cabildear, y a la vez crear nuevas instituciones comprometidas y libertarias. La visión negativa de la “política” es parte de la visión del poder como dominación, como fuerza, como guerra. Es la noción del poder corrupto, del fetiche del poder (Dussel, 2009). Según Enrique Dussel el poder des fetichizado se define como “voluntad de vida de racionalidad comunicativa y de eficacia estratégica al servicio de la comunidad”. Es el poder basado en lo comunitario. El poder del que hablan los dos Marcos: Marcos el Evangelista y Marcos el Sub Comandante. “El que quiera ser autoridad, hágase servidor, servidor de todos” (Marcos 10:43-44). “Mandar obedeciendo” (Sub Comandante Marcos). El presidente Evo Morales ha denominado esta forma de poder y de política como el poder obediencial Es esta la única forma legítima de poder según la tesis de Dussel que aquí he incorporado.
Cuarto ámbito: Los métodos de organización y movilización. Redefinir la noción de líder: La instauración del poder obediencial requiere redefinir la visión caudillista del o de la líder’ El modelo de líder de barrio reproduce los patrones jerárquicos de los políticos de carrera en los organismos de autoridad corporativas y del estado. La tirilla de educación popular Organización Democrática y Liderazgo (Cotto et al, 2002) recoge de manera sencilla algunos principios que deben aplicar los líderes a nivel micro, local, a nivel intermedio pero principalmente en el nivel de las autoridades macro sociales. “En una comunidad organizada, todos podemos ser lideres en algún momento…eso depende de nuestras capacidades y de las tareas de la organización…por eso todos somos importantes… y también necesarios”. “En un proceso democrático los lideres comparten la toma de decisiones…delegan responsabilidades, estimulan la participación de la gente e impulsan a los demás a superarse”. El o la líder que practica el poder obediencial debe propiciar las pluralidades despolarizadas (Boa, 2009) es decir la politización de los asuntos sociales sin “polarizar” las divergencias, las diferencias. En otras palabras, evitar llevar los debates hasta el punto que se impida la construcción de alianzas y redes, y en consecuencia aborten las metas políticas que se han definido. Esto implica que crear, desarrollar e incorporar metodologías y protocolos que estimulen nuevas formas de liderato constituye una urgente tarea para los grupos de la sociedad civil y aún más para las congregaciones espirituales. Una forma de evitar polarizaciones innecesarias, que boicoteen el impacto político de las acciones colectivas radica en la efectividad, sistematicidad y continuidad de las alianzas que se construyan.
De la urgencia a la insurgencia Para que los actores sociales se conviertan en actores políticos transformadores sus acciones tienen que contar con la participación organizada de los sectores populares y desarrollar una metodología participativa y democrática para incorporar gente nueva. Las crisis actuales han generalizado molestias y rebeldías en muchos sectores puertorriqueños. Si las metodologías de incorporación para compartir el poder no son efectivas las molestias y rebeldías de los sectores excluidos hoy, serán captadas por los líderes autoritarios de las élites tradicionales que hacen convocatorias populistas, materna listas y paternalistas. Estos líderes usan los sectores populares insatisfechos como grupos de apoyo en sus disputas o peleas por controlar el gobierno colonial neoliberal o para integrarlos a sus corporaciones y fundaciones privadas neoliberales. Esa fue la estrategia del Partido Popular Democrático en los 40 y es hoy la de algunos estrategas de las elites desde sus partidos, sus corporaciones y sus organizaciones filantrópicas. Se repite la práctica de pescar en río revuelto usando el discurso de la justicia social. La energía de protesta debe ser para organizar la autogestión, el autogobierno de las comunidades, la soberanía en lo personal y lo colectivo de manera que lo que comience como un urgente malestar se valide, se reconozca y contribuya a tomar consciencia de las injusticias y las causas que las mantienen. De ahí que los problemas a corto alcance que motivan las urgencias si se trabajan con el reclamo de la autogestión son la base de las resistencias a los procesos no democráticos ni participativos. Cuando las comunidades de cualquier organización, religiosa, barrial, sindical, docente, estudiantil, ambiental etc., asumen identidades de resistencias para evitar que “se les pase el rolo” se establecen las bases para las insurgencias. Las insurgencias se plantean a partir de identidades de proyecto por parte de los actores sociales convertidos en actores políticos. Las comunidades con identidades de proyecto resisten y a la vez desarrollan visiones de cómo hacer las cosas diferentes. Las urgencias se atienden con servicios, por ejemplo luchar para obtener lo que necesitan lo/a excluidos. Las resistencias se atienden con estimular el pensamiento y análisis crítico, por ejemplo revelar las causas de las necesidades como parte de los patrones de poder coloniales, de desigualdad económica, etc. Las insurgencias estimulan la voluntad de apoderamiento de la gestión pública y de las instancias políticas que afectan la vida de los habitantes, especialmente los que han estado excluidos tradicionalmente. Las insurgencias son acciones para cambiar la estructura de poder y pueden asumir forma de acciones colectivas institucionalizadas o disruptivas, de desobediencia pacifica o no tan pacifica según la situación.[8] Necesitamos, inventar visiones de país que nos apoderen y que sustituyan la reverencia asistencialista y clientelista que estimulan la/os líderes de las élites que hacen convocatorias populistas. Estos se ganan la confianza de las personas y los colectivos y se ocupan, en muchos casos, de desviar las energías hacia alternativas que impiden el acceso al poder por la gente.
Quinto ámbito: Organización del espacio urbano: La ciudad es “un mundo complejo y plural que construimos y que nos constituye” (Cela 1997) y que se entiende a partir de las culturas diversas que alberga y las gestiones gubernamentales urbanas que las organizan. El proceso de urbanización que ha arropado a los países delplaneta ha convertido las ciudades en “espacios de múltiples facetas-buenas y malas que reproducen y albergan todas las contradicciones, las oportunidades y posibilidades del mundo en que vivimos.” Las ciudades deben ser por definición educativas y el proyecto propuesto es el de convertirlas en educadoras. Y ¿cómo logramos esto? El urbanista Edwin Quiles plantea que: “Ante la creciente pérdida de control sobre el entorno socio espacial surgen grupos que discuten y proponen formas distintas de usar, mirar, proyectar, debatir, construir y habitar la ciudad. Defienden el derecho a mantener sus comunidades ancestrales, al uso del espacio público de las maneras que entienden necesarias y aceptables, a satisfacer sus necesidades reales según ellos las definen y a participar en la toma de decisiones. En él entre juego de protesta con propuesta inventan maneras innovadoras de comunicación y participación que deben ser estudiadas a fondo”. (Quiles, 2011)[9] Además de estos grupos los gobiernos son importantes referentes, aunque no los únicos, para lograr que la ciudad sea educadora. La gestión gubernamental municipal descentralizada es necesaria pero es imprescindible que sea participativa y reconozca como sujetos a la gran diversidad de habitantes que ocupan el municipio. ¿Quién garantiza que será participativa? Los ciudadanos de a pie, en su carácter personal u organizados. Lo anterior es la precondición que permite que las contradictorias ciudades puedan ser una fuente fecunda de educación.
Queda implícito que una ciudad cuyo gobierno no la organiza como educativa no genera las condiciones para convertirse en educadora ya que solo crea espacios inhóspitos y estériles para el aprendizaje urbano. Un triste ejemplo de lo anterior es la debacle que ha creado el actual gobierno en el espacio social y urbano al aprobar la Ley 7 y desarrollar una política pública de asedio. Las ciudades son los lugares pertinentes para la educación en culturas de paz porque prácticamente el 75% de la población del mundo vive en ciudades Son necesarias unas ciudades educadoras de culturas depaz.
¿Por qué no tenemos culturas de paz en nuestras ciudades? Para poner en contexto, “en lo que respecta a lo económico, nuestro país ha estado en contracción por los últimos 54 meses. Entre marzo de 2006 y agosto de 2010 se perdieron 214,000 empleos. De éstos, cerca de 60,000 fueron en la manufactura. En ese mismo periodo el producto bruto nacional se disminuyó en 10.9%. Las quiebras personales aumentaron en 10% entre el año 2009 y 2010. Mientras, la deuda total acumulada por individuos aumentó en 8%.” (Quiles, 2011) Nuestra economía no está basada en la producción sino que depende de las transferencias gubernamentales, el endeudamiento público y en el enorme sector informal. Todos los estudios independientes revelan que la crisis económica es todavía mucho más profunda que lo que podemos vislumbrar y corroboran la inefectividad de las políticas gubernamentales.
En la ciudad esas crisis se manifiestan como: la no sustentabilidad de los modelos de urbanización y desarrollo de las áreas con sensibilidad ecológica; la inoperatividad de la infraestructura física y de los servicios públicos, el sub empleo y la venta informal, el uso de terrenos agrícolas para usos urbanos y la dependencia de productos importados; el cierre de urbanizaciones y la proliferación de espacios vigilados; el miedo colectivo a los lugares públicos; la exclusión y la violencia a los que son diferentes; la represión brutal a la protesta en los espacios públicos; la creciente reducción de lugares de producción y trabajo; la privatización del espacio público; la mercantilización del espacio privado; el excedente de viviendas de alto costo y la inaccesibilidad de vivienda para los grupos de escasos recursos. (Quiles, 2011). La paz no es sólo la ausencia de guerra, de armas o de violencia.
La paz positiva implica vincular el concepto a la satisfacción de otras «necesidades humanas, económicas, sociales y políticas que hacen la paz y sobre todo, construyen la paz. Esas son las precondiciones para la existencia de paz como condiciones facilitadoras de otro tipo de vida que no esté marcada por la violencia. La ciudad educadora promueve una vida urbana de justicia social, democracia, derechos humanos, equidad, solidaridad, fraternidad. ( L.Cotto: 2009).
Sexto ámbito: la responsabilidad de general, conocer y apoyar acciones colectivas.[10] Los y las miembros de a pie de las congregaciones espirituales y otras organizaciones (estudiantiles, sindicales, comunitarias, de género y diversidad sexual, ambientalistas, de derechos humanos) deben estar al tanto de los ámbitos de deterioro social que hemos mencionado y de cómo generan problemas tales como la pobreza, el racismo, los diferentes tipos de discrimen, la privatización de nuestras organizaciones públicas, el asedio a las expresiones culturales autóctonas, la conservación del patrimonio construido etc. Deben crear nuevas formas de evangelización que contribuyan a desarrollar modos de vida diferentes y alternativas de equidad locales y globales.[11] Las organizaciones de la sociedad civil, incluyendo las espirituales se insertan en los procesos de alter-globalización antes mencionados. Ya muchas de ellas lo hacen desde misiones internacionales de sus propios grupos pero también amerita explorar la conexión con los Foros Sociales Mundiales, Regionales o Locales (como el de Puerto Rico). En cualquier caso es pertinente visibilizarlos y apoyarlos.[12]
Conclusión En Puerto Rico existen los elementos para re-inventarnos. Para desarrollar la capacidad de reinventarnos se necesita del compromiso ético y una tesitura espiritual sólida pues los desafíos colectivos son enormes. Es imprescindible mirar nuestras historias individuales y conocer las historias colectivas de nuestra gente. Tenemos que abrir la discusión y el debate sobre el papel de las acciones colectivas puertorriqueñas y de sus movimientos sociales en todos los sectores del país y sus conexiones globales. En el ámbito espiritual las congregaciones de todo tipo tienen la responsabilidad de hacerlo de forma ecuménica «Estas acciones colectivas en las sociedades complejas son profetas desencantados. Son signos de una profunda transformación en la lógica y los procesos que las guían… Como los profetas, los movimientos “hablan antes”: anuncian lo que se está formando aún antes de que su dirección y contenido se haya hecho claro… la inercia de las viejas categorías puede impedir que oigamos el mensaje y que decidamos consciente y responsablemente las acciones a seguir…»
Bibliografía
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[1]Cuando me refiero a la transformación social distingo entre el cambio social con perspectiva anti-sistémica o transformativa, de los cambios que, aunque amplían la justicia social y la democracia, no necesariamente se proponen a
empujar, los límites del sistema social. Los procesos anti-sistémicos pueden ocurrir por medio de revoluciones y por medio de
reivindicaciones que trastornen los fundamentos del sistema.
[2] Las identidades colectivas se construyen con “materiales culturales” tales como la historia, la geografía, la biología, las instituciones productivas y reproductivas, los aparatos de poder y las revelaciones religiosas, entre otras (Castells, 1996). Las personas, los grupos y las instituciones sociales procesan todos los materiales de construcción de identidades y reorganizan sus significados.
[3] La experiencia de la
Agenda Ciudadana, producto de una alianza entre una organización de la sociedad civil, CAPEDCOM con EL Nuevo Día, periódico de las empresas Ferré expresa la paradoja mencionada.
[4] El Foro Social Mundial cumple diez años en 2011 y tiene como consigna es
Otro Mundo es Posible. Se define como un conjunto de iniciativas de intercambio transnacional entre movimientos sociales, ONGs, organizaciones de la sociedad civil, sus prácticas (acciones colectivas) y conocimientos sobre las luchas sociales locales, nacionales y globales llevadas a cabo de conformidad con la
Carta de Principios de Porto Alegre (2001) contra las formas de exclusión e inclusión, discriminación e igualdad, universalismo y particularismo, imposición cultural y relativismo, provocadas o posibilitadas por la actual fase del capitalismo conocida como globalización neoliberal. (Boa, 2009) Su
Carta de Principios se ha multiplicado en diversos Foros Sociales Regionales y Locales. Puerto Rico llevó a cabo en 2006 su Primer Foro Social y tiene un asiento en el Consejo Hemisférico del Foro Social de las Américas. Si la utopía realizable que mueve este ensayo se hace carme, será posible el II Foro Social de Puerto Rico y si se sistematiza será posible otro Puerto Rico.
[5] Claridad: 13-17 enero: 2011
[6]Algunas de las actividades que le siguieron a partir del 2007 fueron el Día de Acción Global, 2008. Foro Social Temático de Educación, 2008 (Humacao); los Foros Sociales de Estados Unidos, (Atlanta, 2007 y Detroit, 2010); los Foros sociales de las Américas, (Venezuela, Caracas, 2006, Guatemala 2009, Paraguay, 2010); los Foros Mundiales (Porto Alegre, 2005, Venezuela, 2006 Nairobi, 2007 y Dakar 2011) y el Foro Social de Educación y Cultura de Paz, (Santiago de Compostela, 2010), entre otros.
[7] Somos
[email protected] es un colectivo de personas y organizaciones preocupadas por la crisis de los derechos humanos y las libertades civiles en Puerto Rico. Del 26 al 28 de marzo de 2011 desarrollaron un recorrido investigativo por diferentes regiones de Puerto Rico para recopilar información sobre el conocimiento de la sociedad civil sobre estos temas. La recopilación se complementó con una campaña de divulgación y concienciación sobre la importancia de los aspectos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales de los derechos humanos.
[8] La presencia simultánea de acciones colectivas institucionalizadas y acciones colectivas disruptivas se evidencia al analizar el movimiento social urbano de las tomas de tierra (rescates) y el movimiento social de paz para Vieques
(Cotto, 2011)
[9] Claridad 7-16, abril:2011
[10] Para informarse sobre las iniciativas en Puerto Rico ver el
Listado preliminar de organizaciones que propician acciones colectivas en el apéndice 1 de esta publicación.
[11] Un ejemplo de acciones de este tipo se refleja en el texto
Entre la Siembra y la Cosecha, Manual de Planificación, Acompañamiento, Monitoreo y Evaluación para Pequeños proyectos de Iglesia (junio 2000). Consejo Mundial de Iglesias, (CMI) Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y el Programa de Apoyo Solidario a las Iglesias (ASI).
[12]La especificidad de los Principios de la Estrategia Foros Sociales Mundiales, Regionales y Locales consiste en su carácter de utopía crítica realizable. Su afirmación de alternativas es plural en la forma y en el contenido de las alternativas. La afirmación de las alternativas va de la mano con la afirmación de que hay alternativas a las alternativas. (Boa, 2009) El otro mundo posible es una aspiración utópica que comprende diversos mundos posibles. “Un mundo en el que quepan muchos mundos” dijo el Sub Comandante Marcos. El otro mundo posible puede ser muchas cosas, pero nunca un mundo sin alternativas. El logro de estos objetivos tienen que ser por medios democráticos que encarnen el respeto a los derechos humanos y a los saberes de todos/as, especial “lo/as pobres de la tierra”.